Recordando viejos conflictos de pareja
Seguro que esa grieta en el muro no le había importado nunca tanto a nadie como a mí en ese momento. Estaba sentado en una silla del local libre de humos pero no de algo que se quemaba.
Había sido un comentario sin importancia, algo que a ella no le había gustado. Lo supe por su gesto y su silencio pero más por el silencio. Al principio no le di importancia porque me estaba quemando la lengua con el café. Recuerdo que pensé que durante esa semana ya se me había echado a perder el paladar, esas quemaduras en la boca no perdonan. Sé que pensé más en el interior de mi boca que en lo que había dicho sin mala intención pero muy mal recibido por ella que como primera respuesta o tal vez como segunda si contamos que la primera fue su silencio, fue mirar bruscamente hacia fuera del local, este tenía la puerta abierta y se veía pasar una porción de los caminantes del Paseo de Gracia de Barcelona (en el que yo más bien había caído en desgracia por culpa del café caliente y hablar más rápido que mi cerebro). No importa qué dije y mucho menos el tono que fue casual y nada ofensivo pero a ella no le gustó. Ella siempre tiene o tenía un enfado preparado y a punto.
No necesitaba muchas más pruebas para saber que se había enfadado y que su primer silencio y el gesto brusco hacia fuera, ese girarme la cara (o debería decirlo de otro modo porque el tortazo no me había llegado por el momento, la cara girada era la suya y por voluntad propia) no eran avisos de pasar una buena tarde tranquila. Así que cuando dejé de preocuparme por las quemaduras en la lengua y ya confirmado, también el paladar, me centré en una grieta en el muro de la cafetería que sí, muy nueva, muy remodelada y muy bonita aunque similar al resto de cafeterías de esa franquicia pero yo estaba viéndole una grieta y eso es como verle las patas de gallo a un edificio. Pero ni me importan las patas de gallo de la gente o los edificios, ni sus arrugas ni mucho menos las grietas en las paredes de los locales, no soy tan pelmazo. Es sólo que me centré en eso porque cuando no sé qué decir me bloqueo y busco alguna distracción en mitad del silencio incómodo y sólo consigo que así todo vaya a peor. Porque el silencio más que un incordio puede ser una agonía. Porque si hablaba sería peor, porque ella me había dado o me dio una tercera prueba de que estaba enfadada y es que usó el gerundio “me estoy enfadando”. Ese falso gerundio que detesto porque implica un proceso pero que en ella y en mucha gente se usa mal porque ya están enfadados. No, no se están enfadando. Están total y absolutamente cabreados y la prueba es que si retrocedo o trato de arreglar lo que se ha roto entre nosotros, la cara no les cambia a mejor y yo diría que es como el detonante de algún grito o una demostración de que el enfado es mayor. “Me estoy enfadando” es un eufemismo, no existe. O estas contento o estás enfadado aunque no sean necesariamente antónimos. Yo nunca digo me estoy enfadando. Ese punto medio no existe para mí. No vivo el proceso de enfadarme. Solo el antes y el después. Claro que siempre te puedes enfadar más de lo que estabas.
Así que ella dijo que se estaba enfadando pero ya lo estaba. Y a mí no se me ocurría nada que decirle y cuanto más pensaba menos se me ocurría. Ya lo he dicho. Totalmente bloqueado. Y entonces sí, se me ocurrió algo. Se me ocurrió explicarle mi teoría de por qué la gente usa mal el gerundio cuando se enfada y entonces sí, lo conseguí, se le acabo el gerundio y más que nada la paciencia.
También conseguí que dijera que estaba muy, muy enfadada y no que se estaba enfadando. Se corrigió sola.
Comentarios
Hay cosas que son o no son ¿verdad? Aunque personalmente, yo sí me noto la graduación de mis enfados.
Un abrazo de Marpín y La Rana.
Un abrazo, Hou.
La próxima vez sopla, (el café digo)
Un beso
Vos a veces parece que nunca hubieras tenido pareja. ¿Cómo se te ocurre corregir a una mujer cuando está enojada? Por suerte para ti ya no se puede fumar en las cafeterías, no fuera a ser que ella también tenga los mismos prontos tuyos con los ceniceros jajajajajajaja
Ya en serio, tienes mucha razón, aquí no cabe el gerundio. Alguien se enfada o no, no creo que en estos casos sea como la embriaguez que va por grados.
Besos mágicos y buen inicio de semana
Pilar: Te agradezco el consejo, je,je. Soy un profesional de las quemaduras en la boca. Los nervios deben ser...
Anónimo: Seguiremos intentándolo. Quiero decir que seguiré. Gracias por seguir por aquí.
Efectivamente nadie está en proceso de enfadarse, ni de enamorarse, ni de mil acciones más, eso es una forma vulgar poco creible de afrontar la situación y poner al otro en casi alerta, uf, bochornosa situación que he conocido más por experiencia que por tu relato.
UN ABRAZO
Eso de que siempre tiene, o tenía, no sé, a punto un enfado preparado, es algo que nos sucede a menudo, y que les sucedemos a ellos, a nuestros otros, a menudo, también.
Es un placer pasarme por aquí, justo hoy, que necesito letras, ideas, signos y etecés...
Un abrazo, y mi felicitación-admiración queda aquí.
Mario
un besito para aliviarte esa quemadura.
2. Camino pantanoso y yudo (judo). Uno desearía no tener que recorrer un camino que tal vez acabe hundiéndolo. Le gustaría flotar sobre el marjal, porque no resulta una perspectiva halagüeña meterse en ese cieno, sucio y espeso, q tiene además la tendencia de no tener fondo (me estoy enfadando, me sigo enfadando, estoy muy enfadada, no hay límite para lo enfadada que estoy). Pero sabe q no tiene más remedio porque el pantano tiene mareas y amenaza engullirlo de todas formas, y porque no se puede quedar allí plantado siempre, comido por los mosquitos, invisibles pavesas de pantano que queman y pican, sutiles indicaciones del otro que tuerce la cabeza, q levanta la ceja... Pero si dices las cosas como son, si te atreves a dar el paso y buscas realidad, entonces ya no andas sobre probabilidades legamosas sino sobre fondo de piedra o ahogamiento. Qué le digo?
Las relaciones son siempre un ejercicio de judo. Enzarzarse tal vez tenga más probabilidades de éxito cuando en vez de contestar fuerza con fuerza dejas que tu oponente sea el que se precipite hacia adelante. Vale, lo sé, esto suena a "Be Water, My Friend", jajaja. El caso es q tal vez se pueda no llegar a atacar el problema directamente sino respondiendo "me sigues queriendo? yo te quiero" y entonces acabas de construir una balsa sobre la que flotar, una almadía de cuatro tablas (cielos, como estoy hoy).
Bueno, pues eso....
Un saludo desde Norge,
rafarrojas
Rafarrojas:Ese no atacar el problema y responder con una escurrida de bulto del tipo de "yo te quiero" es la solución que siempre me llega tarde, mal a deshora y con una gran dificultad por mi parte para sustentarla con una buena actuación. Pero es otra buena opción que no hemos contemplado por aquí. Una de las más astutas y sin embargo bienintencionadas posibles. ¿O no? Saludos por correo urgente para Noruega.
Desde luego si tenías la mas ligera duda del enfado de ella, con esa observación, podrías haberlo confirmado fácilmente.
También podrías haberle comentado sobre la grieta de la pared, el resultado hubiera sido similar.
Yo personalmente, si hay algo que no soporto cuando pasa algo así es el silencio, o que la otra persona haga como que no ha pasado nada y no te de ni esa oportunidad de hablar. Bueno, depende de las circunstancias, claro.
También veo absurdo decirlo cuando solo te falta soltar llamas por la nariz