Cita en Barcelona (V)
Estaba
en silencio. Yo esperaba una respuesta. Cuando habló fue para
contarme que ella no era así. Que no solía hacer esas cosas. La
frase "YO NO SOY ASÍ la he escuchado en muchas
mujeres a lo largo de mi vida. A mí me suena como el
masculino "es la primera vez que me pasa" después de un
gatillazo. Una excusa muy obvia y muy usada como para ser cierta.
¿Que ella no es así? Claro que es así. Y de muchas otras maneras.
Todos somos así como actuamos. Que nos avergüence ya es
otro tema.
Me
volví a crecer ante su pudor así que llegó el momento de aflojar y
mostrarme conciliador. Ella seguía mostrando su nerviosismo
palpándose el bolsillo de la chaqueta sobre el respaldo de la silla
y luego rebuscando en su bolso como si andase a la busca de un
cigarrillo y de pronto comprendiera que allí no se podía fumar
levemente incómoda y abandonase. Aunque seguía sin aguantarme la
mirada después de la pregunta.
- No pasa nada- dije yo- Si fue divertido. Bueno, no me lo esperaba, por eso te preguntaba pero ya está.
- Ya,ya pero no sé qué me dio. Es que yo no soy así...
Cambié
otra vez de conversación para no molestarla más y sugerí
que fuéramos a cenar a algún
sitio y a ella le pareció bien un restaurante de tapas vasco que hay
en el Paseo de Gracia al que yo, la verdad, nunca había ido.
Allí
tomamos unas cervezas de más(que para mí son todas las que me tomo
ya que beber sólo bebo por hacer compañía a los que beben y
normalmente vino tinto). Estábamos en unos taburetes altos e
incómodos pero estuvimos mucho rato hablando de todo y de nada. Ella
tenía trabajo en Barcelona. Sus padres tenían una ferretería en
Sitges a la que la crisis no le había afectado y la habían
contratado. Mira, un problema menos para Lali, que no era poco.
La
conversación fue más distendida y el alcohol nos fue relajando a
los dos. Sería imaginación mía pero al menos creo que nos dejamos
de interrogatorios. O se dejó ella que yo no la estaba sometiendo a
ninguna prueba.
Fue
entonces cuando tuve la brillante idea de dar por acabado el día o
seguirlo y le pregunté si quería venir a mi casa o tenía algo que
hacer. Como ya he dicho, toda cerveza en mi cuerpo va de más.
Ella
me preguntó si vivía con alguien. Y le dije que tenía picad...
quiero decir que tenía la casa de mis padres que ese fin de semana
no estaban por asuntos que resolver en el apartamento. Que casi
seguro que no estaban, le dije.
Me
dijo que en su casa no había nadie y estaba más cerca y era seguro
que no había nadie. Y que al día siguiente trabajaba temprano y le
venía mejor.
Por
mí perfecto. Con todo lo que suponía eso. Pero lo cierto es que
pensaba que a ese paso ya iba a recuperar la virginidad por
inactividad sexual. Según la interesada empresa Durex, el no hacerlo
a menudo te atrofia. Pues vaya un estudio. Eso lo sabe todo el mundo.
La buena y no menos interesada noticia es que se puede recuperar lo
atrofiado.
Fuimos
al parking cercano dónde tenía el coche de su padre y nos fuimos
atravesando la noche hacia un desconocido barrio (para mí) de
Barcelona. Lo cierto es que no lo esperaba. Me parecía como si todo
sucediese desde fuera y me viera desde el exterior como en esas
películas dónde alguien se muere y su espíritu flota por la sala
de autopsias y se ve a sí mismo pálido y quieto sobre una mesa. Nos
solemos ver desde fuera cuando nos queremos desentender de algo que
no queremos hacer y sin embargo vamos a hacer. Más o menos.
YO
NO SUELO SER ASÍ.
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